Caminando por las calles de Nueva York, me encontré un pequeño santuario en medio de la congestionada ciudad, se trata del hermoso Bryant Park. En el corazón de Manhattan, rodeado de rascacielos, encuentras un lugar para relajarte, sentarte un rato, desayunar o tomar una buena taza de café. Tengo que ser muy sincera, encontramos el parque por casualidad, pero tuvimos el mejor desayuno del viaje. Dentro del parque pudimos ver la pista de hielo, la biblioteca pública de Nueva York y una de las mejores cafeterías de la ciudad.
El parque abrió en 1842 y ha sufrido bastantes cambios. Desde un Crystal Palace, que se quemó, hasta una línea del metro, que fue reubicada con el tiempo. También, en este santuario se construyó el primer memorial público consagrado a una mujer: Josephine Shaw Lowell. Dentro de los eventos importantes que se celebran en este espacio, podemos encontrar el Bryant Park Film Festival, la Semana de la Moda de Nueva York y el mercado de Navidad. Lamentablemente, en esta ocasión solo pudimos ver el show de patinaje de un pequeño grupo de niñas, que a mi parecer lo hicieron muy bien. Lo que más me impactó fue encontrar un espacio tan tranquilo en medio de la caótica ciudad, fue un respiro que no sabíamos que necesitábamos.
Mi consejo: madruguen, compren un buen desayuno en la cafetería que está al frente de parque, y disfruten viendo cómo despierta la ciudad alrededor de ustedes. Aprovechen también el aire fresco del lugar, porque a medida que transcurre el día, el parque se llena al tope. No creo que sea una actividad indispensable patinar, pero si ustedes quieren hacerlo seguro será divertido. Por último, quiero dejar anotado que este parque puede ser el hermoso cierre para cualquier cita, anótelo en su cuaderno ✨
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